Día
grande y memorable, día sagrado y de gloria para las armas republicanas, sin
duda es la batalla que dio paso decisivo a la independencia de
Venezuela.
Esta
acción bélica fue dada en la sabana de Carabobo, cerca de la ciudad de
Valencia, entre el ejército realista del Mariscal de campo Miguel de la
Torre y el ejército republicano enviado por el general en jefe Simón Bolívar.
El 15 de junio
de 1821,
Bolívar reorganizó el ejército rebelde en tres divisiones.
La primera, a cargo de José Antonio Páez, y formada por los batallones Bravos de Apure (liderada por el Teniente Coronel Francisco Torres) y los mercenarios ingleses agrupados en el batallón Cazadores Británicos (al mando del Coronel Thomas Ilderton Ferriar);
además de 7 regimientos de caballería.
La segunda, comandada por el General
de División Manuel Cedeño, y constituida por los batallones Tiradores
(dirigido por el Teniente Coronel Ludwig Flegel), y Vargas
(Teniente Coronel Antonio Gravete), a lo que se sumaba un escuadrón
de caballería.
La tercera, bajo las órdenes del
Coronel Ambrosio Plaza y constituida por 4 batallones: El Rifle a cargo
del Teniente Coronel Arturo Sandes, Granaderos
al mando del Coronel Francisco de Paula Vélez,
Vencedor de Boyacá dirigido por el Coronel Johann von Uslar y el Anzoátegui,
comandado por el Coronel José María
Arguindegui;
completado todo esto por un regimiento de caballería.
Con un total de 6.500 hombres a
tempranas horas del 24 de junio, desde las alturas de Buenavista, el Libertador
Simón Bolívar hizo un reconocimiento de la posición realista y llego a la
conclusión de que esta era inabordable por el frente y por el sur.
En función de esta apreciación
ordenó que las divisiones convirtiesen su marcha por la izquierda y se
dirigieran al flanco derecho realista, el cual estaba descubierto, es decir,
bolívar ordenó una maniobra desbordante del ala derecha realista. Maniobra
ejecutada por las divisiones de los comandantes Páez y Cedeño, en tanto que la
división del comandante Plaza seguía por el camino hacia el centro de la
posición defensiva.
El movimiento de estas unidades se
ejecutó con rapidez, a pesar de la dificultad que ofrecía el terreno. Al darse
cuenta el comandante Miguel de la Torre de la maniobra de los republicanos,
ordenó al batallón Burgos que marcharan al norte a ocupar la altura hacia la
cual se dirigían las divisiones de Bolívar. Al llegar el batallón Burgos al
área indicada abrió fuego contra el batallón Bravos de Apure, cabeza de la
primera división, el cual después de cruzar el riachuelo de Carabobo, trataba
de escalar la pendiente que lo llevaría a la parte plana de la sabana.
Tan violento fue el contraataque del
batallón Burgos que los Bravos de Apure tuvieron que replegarse por 2 veces
consecutivas. Mediante una carga a la bayoneta estas unidades entraron a la
sabana y rechazaron al ejército realista. Para detener el repliegue de las
unidades que había empeñado, el comandante de la Torre envió los batallones
príncipe, Barbastro e infante, los cuales lograron sostener la línea, pero solo
por breve tiempo, pues el grueso de la caballería de la primera división entro
por el norte de la sabana.
Para hacer frente a este nuevo
ataque, el comandante de la Torre ordenó al regimiento húsares de
Fernando VII, que cargase contra la caballería republicana, pero esta unidad se
retiró después de disparar sus carabinas, atacadas de frente por la infantería
patriota. El batallón Burgos había perdido la mayor parte de su fuerza y son
duramente castigados los otros 4 que antevinieron. Como último recurso, el
comandante de la Torre le ordeno al regimiento Lanceros del Rey que atacaran a
la caballería contraría, pero esta unidad no solo desobedeció la orden sino que
volvió caras ante este ataque de los Republicanos.
El primer batallón del Valencey, que
no había tomado parte activa en la batalla, al ver el giro de la situación,
inició la retirada, bajo la presión de la tercera división.
Sobre la marcha se le incorporaron
el comandante de la Torre, su Estado Mayor y los restos de las unidades que
habían escapado a las cargas de los patriotas. El batallón ligero de Barbastro
trató de unirse a los que se retiraban, pero fue rendido por unidades de la
segunda y tercera división.
El batallón del infante, una parte
huyó por el bosque y la otra cayó en manos de los patriotas. Al entrar la
batalla en su fase final, los patriotas iniciaron una tenaz persecución, la
cual fue llevada hasta valencia.
De los 4.279 efectivos presentes en
la batalla, los realistas perdieron 2 oficiales superiores, 120 subalternos y
2.786 individuos de tropa. Los bajos de los republicanos también fueron
cuantiosos. El resto del ejército español se refugió en puerto cabello.
La batalla de Carabobo fue la acción
más importante para la independencia de Venezuela. A pesar de que la guerra
proseguiría hasta 1823, debido a que algunos restos de las
fuerzas realistas lograron escapar del campo de batalla y lanzarían varias campañas contra el occidente del
país, conocidas como la "Campaña de Occidente"; el poder de los españoles en
Venezuela estaba liquidado y esto le permitió a Bolívar iniciar las Campañas del Sur, mientras que sus subordinados
acababan la lucha en Venezuela.
Los últimos focos de resistencia
realista cayeron en las campañas posteriores, Cumaná
en el oriente, fue tomada poco después, el 16 de octubre del mismo año. Mientras que Francisco Tomás
Morales logró
refugiarse en Puerto Cabello con 2.000 sobrevivientes de
Carabobo (más 1.000 hombres de la guarnición local), pronto reuniría más de
5.200 hombres reconquistando Maracaibo
y Coro
el 7 de septiembre y 13 de noviembre de 1822, respectivamente. Finalmente, tras
la batalla naval del
Lago de Maracaibo
la situación realista se hizo insostenible y tuvieron que evacuar el 8 de noviembre de 1823, dos días después el castillo fue tomado,
acabando así la guerra de independencia.
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