jueves, 26 de junio de 2014

193 años de la Batalla de Carabobo (24 DE JUNIO DE 1821)







Día grande y memorable, día sagrado y de gloria para las armas republicanas, sin duda es la batalla que dio paso decisivo a la independencia de Venezuela.  

Esta acción bélica fue dada en la sabana de Carabobo, cerca de la ciudad de Valencia,  entre el ejército realista del Mariscal de campo Miguel de la Torre y el ejército republicano enviado por el general en jefe Simón Bolívar.

El 15 de junio de 1821, Bolívar reorganizó el ejército rebelde en tres divisiones. 

La primera, a cargo de José Antonio Páez, y formada por los batallones Bravos de Apure (liderada por el Teniente Coronel Francisco Torres) y los mercenarios ingleses agrupados en el batallón Cazadores Británicos (al mando del Coronel Thomas Ilderton Ferriar); además de 7 regimientos de caballería. 

La segunda, comandada por el General de División Manuel Cedeño, y constituida por los batallones Tiradores (dirigido por el Teniente Coronel Ludwig Flegel), y Vargas (Teniente Coronel Antonio Gravete), a lo que se sumaba un escuadrón de caballería. 

La tercera, bajo las órdenes del Coronel Ambrosio Plaza y constituida por 4 batallones: El Rifle a cargo del Teniente Coronel Arturo Sandes, Granaderos al mando del Coronel Francisco de Paula Vélez, Vencedor de Boyacá dirigido por el Coronel Johann von Uslar y el Anzoátegui, comandado por el Coronel José María Arguindegui; completado todo esto por un regimiento de caballería.

Con un total de 6.500 hombres a tempranas horas del 24 de junio, desde las alturas de Buenavista, el Libertador Simón Bolívar hizo un reconocimiento de la posición realista y llego a la conclusión de que esta era inabordable por el frente y por el sur. 

En función de esta apreciación ordenó que las divisiones convirtiesen su marcha por la izquierda y se dirigieran al flanco derecho realista, el cual estaba descubierto, es decir, bolívar ordenó una maniobra desbordante del ala derecha realista. Maniobra ejecutada por las divisiones de los comandantes Páez y Cedeño, en tanto que la división del comandante Plaza seguía por el camino hacia el centro de la posición defensiva. 

El movimiento de estas unidades se ejecutó con rapidez, a pesar de la dificultad que ofrecía el terreno. Al darse cuenta el comandante Miguel de la Torre de la maniobra de los republicanos, ordenó al batallón Burgos que marcharan al norte a ocupar la altura hacia la cual se dirigían las divisiones de Bolívar. Al llegar el batallón Burgos al área indicada abrió fuego contra el batallón Bravos de Apure, cabeza de la primera división, el cual después de cruzar el riachuelo de Carabobo, trataba de escalar la pendiente que lo llevaría a la parte plana de la sabana.

Tan violento fue el contraataque del batallón Burgos que los Bravos de Apure tuvieron que replegarse por 2 veces consecutivas. Mediante una carga a la bayoneta estas unidades entraron a la sabana y rechazaron al ejército realista. Para detener el repliegue de las unidades que había empeñado, el comandante de la Torre envió los batallones príncipe, Barbastro e infante, los cuales lograron sostener la línea, pero solo por breve tiempo, pues el grueso de la caballería de la primera división entro por el norte de la sabana. 

Para hacer frente a este nuevo ataque, el comandante de la Torre ordenó  al regimiento húsares de Fernando VII, que cargase contra la caballería republicana, pero esta unidad se retiró después de disparar sus carabinas, atacadas de frente por la infantería patriota. El batallón Burgos había perdido la mayor parte de su fuerza y son duramente castigados los otros 4 que antevinieron. Como último recurso, el comandante de la Torre le ordeno al regimiento Lanceros del Rey que atacaran a la caballería contraría, pero esta unidad no solo desobedeció la orden sino que volvió caras ante este ataque de los Republicanos. 

El primer batallón del Valencey, que no había tomado parte activa en la batalla, al ver el giro de la situación, inició la retirada, bajo la presión de la tercera división. 

Sobre la marcha se le incorporaron el comandante de la Torre, su Estado Mayor y los restos de las unidades que habían escapado a las cargas de los patriotas. El batallón ligero de Barbastro trató de unirse a los que se retiraban, pero fue rendido por unidades de la segunda y tercera división. 

El batallón del infante, una parte huyó por el bosque y la otra cayó en manos de los patriotas. Al entrar la batalla en su fase final, los patriotas iniciaron una tenaz persecución, la cual fue llevada hasta valencia. 

De los 4.279 efectivos presentes en la batalla, los realistas perdieron 2 oficiales superiores, 120 subalternos y 2.786 individuos de tropa. Los bajos de los republicanos también fueron cuantiosos. El resto del ejército español se refugió en puerto cabello. 

La batalla de Carabobo fue la acción más importante para la independencia de Venezuela. A pesar de que la guerra proseguiría hasta 1823, debido a que algunos restos de las fuerzas realistas lograron escapar del campo de batalla y lanzarían varias campañas contra el occidente del país, conocidas como la "Campaña de Occidente"; el poder de los españoles en Venezuela estaba liquidado y esto le permitió a Bolívar iniciar las Campañas del Sur, mientras que sus subordinados acababan la lucha en Venezuela.

Los últimos focos de resistencia realista cayeron en las campañas posteriores, Cumaná en el oriente, fue tomada poco después, el 16 de octubre del mismo año. Mientras que Francisco Tomás Morales logró refugiarse en Puerto Cabello con 2.000 sobrevivientes de Carabobo (más 1.000 hombres de la guarnición local), pronto reuniría más de 5.200 hombres reconquistando Maracaibo y Coro el 7 de septiembre y 13 de noviembre de 1822, respectivamente. Finalmente, tras la batalla naval del Lago de Maracaibo la situación realista se hizo insostenible y tuvieron que evacuar el 8 de noviembre de 1823, dos días después el castillo fue tomado, acabando así la guerra de independencia.

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